El proyecto tuvo como objetivo encontrar una solución para una vivienda ubicada entre medianeras, a través de un juego arquitectónico entre llenos y vacíos. En la fachada, hemos propuesto un enfoque que utiliza ladrillos a la vista, dispuestos en un patrón entrecruzado, con el propósito de crear un efecto de cribado que aporta intimidad sin obstruir la entrada de luz y el flujo de aire, lo que resulta esencial.
Dentro del espacio interior, hemos logrado abrir la planta baja de manera estratégica, conectándose directamente con una cochera pasante. Esta área no solo cumple su función como espacio de estacionamiento, sino que también se desempeña como una galería, estableciendo un vínculo fluido entre la vivienda y el exterior. Esta conexión se extiende hasta el patio trasero y la piscina, creando una sinergia que realza la versatilidad y la funcionalidad de la vivienda.
En síntesis, la fachada de ladrillo cribado se convierte en una expresión artística de privacidad y diseño, mientras que la relación entre la cochera, el patio y la piscina se funden para realzar la adaptabilidad y el potencial de esta vivienda.